Con corazón salesiano
Margarita, la madre de Don Bosco, hizo suya la Palabra de Dios. La vivió en su familia, en el cuidado de sus hijos y en el acompañamiento a su hijo Juanito en los primeros pasos de la Congregación. A continuación, un texto que nos relata algunos rasgos de su vida:
Margarita Occhiena nació el 1 de abril de 1788 en Capriglio, en el norte de Italia. Cuando llevaba cinco años casada, enviudó, a sus 29 años, y tuvo que sacar adelante a su familia en medio de la hambruna que asolaba Europa. Cuidó de la madre de su marido y de su hijo Antonio, a la vez que educaba a sus propios hijos, José y Juan Bosco. Fue una mujer fuerte, con las ideas claras y la fe inquebrantable. De estilo de vida sencillo y analfabeta, siempre se preocupó de la educación cristiana de sus hijos, de temperamentos muy diferentes con humildad y siendo razonable con ellos, aunque más de una vez se vio obligada a tomar decisiones extremas, como tener que mandar fuera de casa a Juanito Bosco para preservar la paz en casa y ofrecerle la posibilidad de estudiar. Acompañó a Don Bosco en su camino hacia el sacerdocio y a sus 58 años abandonó la tranquilidad de su casa, en su pueblo, para seguirle en su misión entre los muchachos pobres y abandonados de Turín. Durante diez años, madre e hijo unieron sus vidas con los inicios de la Congregación Salesiana. Ella fue la primera y principal cooperadora de Don Bosco y, con su amabilidad hecha vida, aportó su presencia maternal al Sistema Preventivo. Fue así como, sin saberlo, llegó a ser la cofundadora de la Familia Salesiana, capaz de formar a tantos santos, entre los que se encuentran Domingo Savio y Miguel Rúa.
(Extraído de Salesianos Málaga: https://bit.ly/3jE0B7H; 27/11/2017)
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