La Palabra dice
Mateo 22, 34-40 - “¿Cuál es el mandamiento más grande?”
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
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La Palabra me dice
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Jesús nos presenta este mandamiento al cual pone encima de los 10 mandamientos de Moisés, este mandamiento en el cual nos pide que amemos a Dios ante todas las cosas que existen y que pueden llegar a pasar, nos pide que tengamos a Dios como nuestro centro, como guía y como un Padre que ama a sus hijos.
Esta nueva ley que nos regala Jesús a veces nos cuesta. Personalmente pienso en la palabra “amar” y se me viene a la mente el pasaje del Evangelio de Juan 21, 15, donde le pregunta a Pedro si lo ama. Yo creo que Jesús lo sabía todo. Personalmente sé que si Jesús hoy nos pregunta si lo amamos, yo le respondería que Él lo sabe todo, sabe que lo amo, o que por lo menos intento hacerlo.
Amarás a tu prójimo como a tí mismo. También este Evangelio me invita a saber y a ver que Dios está en los demás. No sólo hay que amar a, sino que también hay que reconocerlo y poder amarlo en la vida de los otros, en el que tengo al lado, en mi familia y seres queridos, en las personas que voy conociendo en el día a día, en mis amigos, en los últimos que veo en las calles, a los jóvenes de nuestros barrios...
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Con corazón salesiano
Don Bosco nos presenta a Dios como un padre que nos amó y que nos dio el mundo y todo lo que hay, un mundo en el que hoy podemos ver y agradecer por eso. En la película biográfica estrenada en 2004 se destaca una escena de un diálogo cuando lleva a los chicos de las cárceles a un paseo y les dice:
“Todo lo que ven, la belleza infinita que nos rodea, es el amor infinito que ustedes tienen dentro. Siempre tienen que levantar la mirada y mirar más allá. Mirar más allá de la miseria y de los obstáculos, de los barrotes de la cárcel. Entonces, también su celda podrá llegar a ser un lugar de libertad. Porque la verdadera libertad, es ver al Señor en todo lo que nos rodea. La verdadera libertad es sentirse hijos de Dios”.
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A la Palabra, le digo
Señor, te pedimos que nos regales un corazón sencillo y humilde para poder amarte y amar a los demás como a nosotros mismos, danos la fuerza para amar, ayúdanos a ser cada día más hermanos y enséñanos a ser más fraternos con todos.
Link canción: https://www.youtube.com/watch?v=O73803cRkJ4
Fuente: donbosco.arg.or/youtube/google.
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